La Educación al container, informe sobre la nueva implementación de la Ciudad

Por Nahuel Ceres.

Imágenes de M.A.F.I.A

Previo al comienzo del ciclo escolar de este año se hicieron públicas las medidas del gobierno porteño y con ellas, surgieron los reclamos del pueblo sobre las mismas.

El ministro de educación de la Ciudad, Esteban Bullrich, comunicó que 12 mil chicos no tendrán lugar en las escuelas porteñas. Anteriormente, el gobierno había aprobado la compra de cuarenta aulas conteiner por la suma de 250 millones de pesos. Además, ofreció disculpas por el mal funcionamiento del nuevo sistema de inscripción online, que tuvo su flamante estreno éste año.

Éstas medidas ponen al descubierto la desinversión creciente y la falta de planificación en la educación, que se enmarca en una lógica mercantilista, donde las partidas presupuestarias son año a año más escasas y se vuelcan masivamente hacia el sector privado.
Macri, defendiendo la medida, sostuvo que “las aulas conteiner son un nuevo logro de la tecnología, ya que permiten arreglar estos problemas en poco tiempo”. Estos dichos se contradicen directamente con lo que piensan maestros, padres y alumnos que ya la han experimentado en las escuelas de la zona sur, una de las más afectadas por la falta de vacantes.

Según el ministro de educación, el sistema de inscripción debía paliar una excesiva burocracia. Muy por el contrario, actuó como barrera burocrática por excelencia, ya que las familias, muchas de ellas sin nociones básicas sobre estas tecnologías, al iniciar el trámite y suscitarse las típicas dificultades de una inscripción, se encontraban con una pantalla muda e infranqueable.

En resumen, la problemática que se desprende de los últimos sucesos ocurridos en la Capital del país no son un hecho aislado ni mucho menos, sino que se enmarcan en la privación de un derecho que los argentinos hemos adquirido con grandes luchas durante nuestra historia: el de una educación pública y de calidad.
Es por esto que no tenemos que dejar de prestar atención y participar activamente de los debates que se están empezando a generar alrededor de nuestra educación, ya que ésta, en corto, mediano y largo plazo, afecta a nuestros familiares y amigos.

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