Por Luciano Cornelli.
“¿Por qué protestan? – preguntó Cristina Fernández de Kirchner mientras salía de la Casa Rosada -, protestan por “lo de las Heras”, le contestaron. “¿Lo de las Heras?, yo les voy a contar a los que no saben qué es lo de las Heras”, comenzó CFK. “En el año 2006, en un conflicto, un policía, que salió a defender su comisaría en la localidad de Pico Truncado, fue muerto a palazos en el piso. Ojo que ser policía no te convierte ni en bueno ni en malo, y ser obrero tampoco te convierte en bueno ni en malo. Fue muerto a palazos– repite-, pero a palazos, lo patearon y le reventaron todos los órganos”. Luego continuó, “Transcurrió desde aquel 2006 a la fecha y –fíjense, 2006 a la fecha– la Justicia finalmente llegó y los condenaron a los responsables de ese homicidio terrible, alevoso, porque fue sin defensa alguna.”. La Presidenta finalizó retomando el inicio del relato, “estaban protestando por la condena, y cortaron la panamericana, cuando los desalojo la Gendarmería –que la gente aplaudía-, por la condena de la Justicia de un asesinato”.
Así se pronunció Cristina Fernández en la apertura del 132º período de sesiones ordinarias del Congreso de la Nación, en relación a la condena a cadena perpetua de los Petroleros de las Heras. Luego de años de silencio cómplice por parte del Gobierno Nacional y el de la Provincia de Santa Cruz, los 4 minutos del discurso que la Presidenta dedicó para referirse a la condena, alcanzaron para confirmar de qué lado se ubica el Gobierno Nacional en este conflicto.
Lo que CFK no dijo es que en Enero del 2006, trabajadores petroleros de Las Heras, Santa Cruz, realizaban paros y bloqueos de entradas de yacimientos, reclamando por mejores condiciones de trabajo, como la suba del mínimo no imponible y el encuadramiento sindical en la rama petrolera. En Febrero, la única respuesta que les dieron a los trabajadores, es la detención de su dirigente, Mario Navarro. Ante estos hechos, cientos de vecinos se acercaron a la Comisaría donde se encontraba detenido Navarro para exigir su libertad. La Policía actuó rápido y no vaciló para salir a reprimir. La bronca por la detención y la represión desató una pueblada en la que participaron cientos de vecinos y trabajadores. En ese marco sumamente confuso, muere el policía Jorge Sayago y son acusados cuatro petroleros por el asesinato del oficial, sin ninguna prueba que los incriminara.
La descripción de lo ocurrido por parte de la Presidenta también omite hacer referencia al bochornoso juicio que atravesaron los acusados y luego condenados a perpetua. En este sentido, se probó que hubo falta de pruebas, se modificó el lugar del hecho donde muere Sayago, se realizaron allanamientos sin órdenes, detenciones aleatorias y hasta se utilizaron como prueba declaraciones bajo tortura por parte de la Policía de Santa Cruz. Tampoco en ningún momento aclaró que la condena era perpetua.
Sin embargo, el hecho que CFK omita mencionar el relato completo, no es una casualidad. Porque mencionar que trabajadores luchaban por mejores condiciones de trabajo, mencionar que la pueblada se originó a raíz de una represión, que el juicio fue una farsa y que el carácter de perpetua la ubica como una de las condenas más severas de la historia, es admitir que El Modelo lejos está de ser Nacional y Popular.
Por último, queda claro que la condena a perpetua de los Petroleros de las Heras es un fallo ejemplificador para la clase trabajadora argentina, una muestra de lo que va a ocurrir cuando se quiera salir a luchar. Supone también la garantía que el Gobierno Nacional le da a todas las empresas, no solo a las petroleras, de que hará lo necesario para seguir garantizando sus ganancias.
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